Todos sabemos que controlar la salud, los buenos hábitos y una correcta nutrición durante el embarazo es una eficaz manera de prevenir posibles problemas en la gestante y en el bebé. Las frutas son uno de los grupos nutritivos con más propiedades saludables y de presencia obligada en una alimentación sana. En general, son ricas en fibras y agua, esenciales para las personas de todas las edades y sexos. Las cerezas, una de las frutas más dulces y atractivas, no son una excepción. Te explicamos las particularidades y porqué son tan recomendables durante el periodo gestacional y disiparemos dudas de la frecuente pregunta: ¿puedo comer cerezas embarazada?
Beneficios de comer cerezas durante la gestación
Bajo nivel calórico
Una de las preocupaciones que se tiene durante el embarazo es intentar controlar el peso durante los nueve meses. Un aumento de peso adecuado previene problemas de salud en la madre y en el niño, además de evitar la acumulación de quilos de más, tan difíciles de eliminar después del parto.
Por eso, los endocrinos aconsejan la ingesta de frutas y verduras. Las cerezas, sobre todo las variedades rojo oscuro, son abundantes en minerales y vitaminas aportando tan solo 50 calorías cada 100 gramos. Su sabor dulce y su alto porcentaje en agua consiguen el deseado efecto saciante que evitará el picoteo entre comidas.
Regula la tensión arterial
La gestante tiene más riesgo de sufrir alteraciones en la tensión y puede padecer preeclampsia (tensión alta en la gestación). La cereza es una fuente alta de potasio que evita la retención de líquidos y, en consecuencia, normaliza la tensión. También es válido en las personas no embarazadas con problemas de hipertensión.
Acido fólico y vitamina C
Las cerezas contienen gran cantidad de vitamina B9 (ácido fólico) responsable de que el hierro de la madre ayude a la maduración del sistema nervioso del bebé. De hecho, muchos obstetras aconsejan un suplemento de este ácido durante los primeros meses de embarazo. La vitamina C ayuda a que la madre esté más protegida de infecciones y refuerzan su sistema inmunológico, además de combatir los radicales libres.
Previene la diabetes
Rica en fructosa, la cereza es una excelente sustituta del azúcar, la bollería industrial y las bebidas azucaradas. Todo ello prevendrá la tan temida y peligrosa diabetes gestacional.
Efecto relajante
La cereza contiene melatonina, un antioxidante que, tomado con asiduidad, induce a la relajación e induce al sueño. Para embarazadas con sueño alterado, una ración de cerezas frescas antes de ir a dormir, o un vaso de jugo ayudará a conciliar el sueño
Tonifica la musculatura y previene las migrañas
Durante la gestación, al cambio que experimenta el cuerpo y el aumento normal de peso puede dar lugar a molestias o dolores musculares (los conocidos calambres pueden prevenirse con la aportación de potasio, muy presente en este fruto). Las propiedades antiinflamatorias de las cerezas son una buena prevención. Asimismo, la alteración de las hormonas puede producir dolores de cabeza. Los bioflavonoides y las antocianinas son un buen método preventivo, incluso para las inflamaciones.
¿Y el bebé? ¿Cuándo podemos empezar a incluir las cerezas en su dieta?
Los pediatras recomiendan que los niños empiecen a comer cerezas a partir del año de vida. Es importante deshuesarlas, eliminar el tallo y cortarlas a trocitos pequeños, para evitar el riesgo de atragantamiento.
Por todo lo demás, la cereza constituye en el niño una rica fuente de del grupo B, A y C. Son ricas en calcio, fósforo y potasio, imprescindibles para un buen crecimiento. Además, contienen fibra y son diuréticas, favoreciendo un buen tránsito intestinal y ayudando a la depuración del organismo.
Por último, pero no menos importante, el sabor dulce, que tanto gusta a los niños, está muy presente en la cereza, a cambio de muy pocas calorías, menos que la manzana. Esto constituye una ayuda para que el niño no presente sobrepeso, ya que es la fruta que más se parece a una golosina.
Un apunte de sentido común…
Os hemos apuntado las múltiples ventajas que tiene, para nuestra salud, incorporar las cerezas de manera habitual. La respuesta a la pregunta de ¿puedo comer cerezas embarazada? Hemos de tener presente, no obstante, que es un fruto con un gran aporte de fibra. Nuestro organismo necesita de 25 a 35 gramos de fibra diario para un correcto funcionamiento de nuestro intestino. Si sobrepasamos esta cantidad, podemos tener molestias desagradables como diarrea, flatulencias, gases y dolor.
Por lo tanto y como norma general no solo con las cerezas, sino con cualquier otro alimento, tan perjudicial puede ser su carencia como su consumo excesivo. Como siempre, nuestro sentido común y escuchar a nuestro cuerpo nos indicará cual es la dosis óptima.
Después de leer este post, si aún te hacías la pregunta de ¿puedo comer cerezas embarazada? espero que te hayamos clarificado todas tus dudas. ¡Buen provecho!